Hay momentos en nuestras vidas en los que un día todo se desbarata. Lo que ha venido funcionando, mal que bien, deja de funcionar y no entendemos por qué, pero empezamos a encontrarnos mal, nos sentimos fuera del circuito, insatisfechos. Esto ocurre no sólo a nivel individual sino también a un nivel más global en las organizaciones y en las sociedades. Llega un momento en el que nuestros valores más profundos tocan techo, encuentran un tope y nos corresponde a nosotros avanzar en el camino de nuestra evolución.
La transformación forma parte de nuestra naturaleza. En un mundo en el que todo fluye y nada permanece, el cambio es lo único constante y, sin embargo, las sociedades, las organizaciones y los seres humanos nos sentimos abatidos ante lo desconocido. Nos encontramos cómodos con lo de siempre y nos asustan los cambios. Los seres humanos buscamos trabajos para toda la vida, relaciones permanentes, nos espanta el salto al vacío y muchas veces preferimos vivir en nuestro caos antes que afrontar nuestro propio avance o evolución.
Cada día hay más personas sufriendo en su mal llamada zona de confort, resistiéndose a su propia evolución, que al final resulta ser de todo menos cómoda, porque permanecer en ese estado por más tiempo del necesario puede acabar convirtiéndose en un camino tortuoso, en el que poco a poco las personas y las organizaciones empiezan a cojear, a flaquear y a perder vista, fuerza y voz. Cuando esto ocurre, no conviene resistirse o negar lo que está pasando, se debe aceptar que es el momento de avanzar, de dar un paso más en nuestro camino evolutivo.
Dado que el cambio es inevitable y forma parte de nuestra naturaleza, ¿por qué no aprovechamos para que dicho cambio sea además EcoSocial, es decir, que no nos sirva únicamente a nosotros sino que además fomente la sostenibilidad, la cooperación y el desarrollo? Un cambio que garantice tanto nuestra propia evolución como la de las futuras generaciones, respetando a nuestros semejantes y a la naturaleza que nos envuelve, tanto en el presente como en el futuro. Averigua por qué en ¿EcoSocial?.
La participación activa del asistente, o de los asistentes, es fundamental para la realización de estas prácticas, así como para la interiorización de los objetivos inicialmente marcados. Si te interesa conocer más a fondo estas dinámicas participativas y sesiones de acompañamiento, o si deseas participar en alguna de ellas, no dudes en contactarnos para analizar la situación actual y los cambios que se persiguen, definir la metodología más adecuada, planificar las sesiones...